Cita nocturna en el parque

Como cada anochecer, salgo puntual a la cita: caminata larga, 
respiración lenta, profunda .. paso rápido.

Voy llegando al parque. El aire fresco llena y renueva los pulmones. 

Creo que llegaré a tiempo. 

Acelero la marcha, pongo el cronómetro y comienzo el trote. 

Ya es noche. Los pájaros aún cantan sobre los árboles.

Hay algo de misterio en todo esto: miro lentamente y reconozco las señales, 

su sentido, su fin. Un vértigo: en un instante creo entender las cosas. 
Pero luego, un momento después, vuelve el vacío.

Hay más gente corriendo .., quien sabe cuáles serán sus pensamientos,.. 

¿buscarán alguna señal? ¿tendrán alguna cita? 

Al final del camino de tierra está la curva y una cuesta ascendente que me lleva

a mi destino. Doblo a trote vivo e intento mantener el paso para subir. 
Arriba está quien me espera. 

Levanto la vista ..ahí está, esperando como cada noche. Inmóvil, radiante. 

Los dos fuimos puntuales, como siempre.

Nos miramos de frente y de nuevo el vértigo: la soledad oscura. 


Cuarenta y dos millones de kilómetros nos separan. Es Venus. 

El tiempo y la distancia, se desvanecen aquí .. una y otra vez

Siento que el tiempo es un lugar; y entiendo todo. 



a paso firme, sigo la marcha